El dedo en la llaga. Gracias a las tortuosas urdimbres zetaperas de "ingeniería social", la derecha con valores parece reaccionar frente a ese accidentalismo neoliberal (donde todo es relativo y discutible salvo la devoción plutólatra) que ha usurpado la representación de una opinión rehén de complejo de "meapilas" y huérfana de representación política propia, obligada a esa falacia constante de elegir el "mal menor". Ahora, sin la euforia del ladrillo y desmoronándose a velocidad de vértigo el cínico gatuperio postmoderno, ZP cataliza como factor acelerante los demonios familiares que tanto inquietaban al tardofranquismo pero que, en ocasiones de extrema podredumbre, son indispensables para aclarar las aguas turbias de una sociedad envilecida.
Muchísimas gracias, Aquilino, por el enlace. Y muchísima suerte esta tarde en tu lección magistral, que lo será.
ResponderEliminarEl dedo en la llaga. Gracias a las tortuosas urdimbres zetaperas de "ingeniería social", la derecha con valores parece reaccionar frente a ese accidentalismo neoliberal (donde todo es relativo y discutible salvo la devoción plutólatra) que ha usurpado la representación de una opinión rehén de complejo de "meapilas" y huérfana de representación política propia, obligada a esa falacia constante de elegir el "mal menor".
ResponderEliminarAhora, sin la euforia del ladrillo y desmoronándose a velocidad de vértigo el cínico gatuperio postmoderno, ZP cataliza como factor acelerante los demonios familiares que tanto inquietaban al tardofranquismo pero que, en ocasiones de extrema podredumbre, son indispensables para aclarar las aguas turbias de una sociedad envilecida.
Cada uno defiende a los suyos lo hagan bien o lo hagan mal.Aqui en Washington o en Pekín.No pidamos peras al olmo.
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