La Pensadora
Con el cambio de situación política efectuado a la muerte de Franco se descubrió algo realmente portentoso: aquellos que tanto protestaban porque no podían publicar lo que querían a causa de la censura, y de quienes se esperaban importantes obras inéditas, resulta que no habían escrito nada. En cambio, los exiliados, que poseían libertad para publicar cuanto quisieran, volvieron a España con las maletas llenas de inéditos y con el reloj literario parado en la época de Galdós.
José Ignacio Gracia Noriega. La Nueva España. 22 de abril de 2004
José Ignacio Gracia Noriega. La Nueva España. 22 de abril de 2004
Reflexión interesante y bien sabida.No triunfan en esta vida siempre los mejores,mas bien los más apoyados por quienes reparten la tarta
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