Las tres gracias




· Racismo infantil


Dos estudiantas norteamericanas, en España para su Junior year, toman un pisito en el que se encuentran muy a gusto. Va a verlas de vez en cuando una compatriota de raza negra. La dueña de la casa, que vive en otro piso del mismo edificio, les dice que la negra no venga más, porque su niño se asusta. Las jóvenes ponen el grito en el cielo; la señora les dice que bajen la voz, que el niño está dormido y lo van a despertar. Las inquilinas optan por dejar el piso y más tarde averiguan que el niño de la dueña tiene treinta años.




· El ama de cría


Un ama de cría acude a un anuncio en el diario y al presentarse le dice una señora que tiene que dar el pecho por un boquete en la pared. Ella se extraña, se resiste, quiere saber por qué, y le contestan que porque sí, y ella se niega y se despide. Al salir la llaman unas vecinas:


- Venga usté. ¿A que le han dicho que meta la teta por un agujero?


- Sí.


- Es que el que mama no es un niño, sino un hombre de treinta años.


Comentarios

  1. Estos son asuntos para el Defensor del Menor o para doña Bibí Aído, según se mire. O la propia doña Bibí (aquí su sosias ), dado su peculiar temperamento, podría ser protagonista tardoinfantil de una cuarta gracia.

    Hip, hip, Urra .

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  2. Pues que la muchacha de color ponga el caso a sus abogados o a distintas ONGs que se dedican al tema.Y que intervenga su presidente por el que el nuestro le ofrece lo que haga falta.

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  3. El que se asusta de la negra y el mamón a través de tabique son el mismo "nene malcriado". Y además, a la negra si le hubiera sorbido del pezón, porque siempre que haya una pared en medio, los moralistas aceptan sus gustos sin temor.

    Y ya que va de chistes:
    Dos toros.
    Uno viejo y otro joven.
    Ambos en lo alto de una loma y a la sombra de una encina milenaria, pasando la tarde.

    -Tengo una idea- dice el toro joven de pronto - ¿Ves a esa vaca separadita del resto ahí abajo? ¡¿Por qué no bajamos disimulando, sin hacer ruido y la violamos?!

    El toro viejo le mira.

    - Yo tengo otra idea mejor - responde - ¿Por qué no bajamos armando un follón de cojones, mugiendo, a toda ostia, y nos follamos a todas?

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