Los tangos de la Micaela(Escribe don Luis Suárez Avila en el Diario de Cádiz)
Definitivamente la España de los viajeros extranjeros durante el romanticismo no ha cambiado. A cualquier extranjero que pretenda conocernos se le dará la misma visión que tuvieron Richard Ford, George Borrow, Washington Irving, Charles Davillier… o cualquier otro ávido de palpar las realidades andaluzas, que al fin y al cabo eso, en el extranjero, es España. Granada, con el telón de fondo moro de la Alhambra, el Albaicín y su Sacromonte, y Ronda con el bandolerismo de su Sierra, su Plaza de la Maestranza y su Pedro Romero fueron dos visiones que nos dieron los escritores viajeros extranjeros como la España auténtica y verdadera. En realidad buscaban lo exótico, lo diferente y, en suma, “el buen salvaje”. Y eso mismo, al cabo de casi dos siglos, es lo que le han mostrado a Michelle Obama. Es la España cañí. Granada y Ronda la fomentan. Una de las cosas más curiosas que se han visto es el redivivo José María El Tempranillo, deambulando a caballo por las calles de Ronda para sorprender a Michelle. Es la viva estampa del dibujo de Lewis para Richard Ford, cuando se propusieron, en 1831, buscar y encontrar al bandolero. Pero lo más notable que ha ocurrido es ver a la Micaela, igual que a la Guy Stephan, apodada en España la rubia Carmela, bailando por tangos en las cuevas del Sacromonte. Aunque, la verdad, no es cosa de llamar la atención. Mis amigos José Luis Ortiz Nuevo, Faustino Núñez, José Luis Navarro y yo mismo, nos hemos batido el cobre para demostrar los ingredientes negroides en el flamenco. Y, además, lo hemos documentado ampliamente. Por eso, Michelle, la Micaela, rebautizada en andaluz, en los cenáculos flamencos, (como lo hiciera Estébanez --mediante Don Poyato, El Planeta. El Fillo, Espeletillla, La Perla, su amante el Xerezano, y Dolores--, en su “Asamblea general” con la rubia Carmela), ha bailado por tangos. En el XIX, en los antiguos carteles y gacetillas de prensa, se anunciaba, en los teatros o en los cafés, a tal o cual negra o mulata bailando un tango de negros. O el Negro Meric bailando el tango de Cangú, Cangú, en 1865. Y no es cuestión de saber o no saber, o de haber ido a tal Academia de Baile. Eso se lleva en los genes. El ritmo, el compás, los negros lo tienen a nativitate . Por eso no tiene nada de extraño ni de particular que la negra Micaela haya sorprendido a los propios gitanos granadinos con el baile de unos tangos flamencos, las manos en jarras , un rítmico movimiento de caderas y los pies a compás, que los ha dejado boquiabiertos. Yo estoy seguro de que la Micaela no hubiera dado un paso derecho, ni por soleá, ni por bulerías. Pero por tangos llamados, al principio de la historia flamenca, de negros, presiento que los habrá cuadrado y bordado. Pues ¡Ole!
Luis Suárez Ávila
Olé por Luis también.
ResponderEliminarSegún dicen esta visita de Miss President ha aumentado el turismo norteamericano en España,lo cual viene bien conn la crisis económica que tenemos.
ResponderEliminarHay dos cosas que son verdad en esta vida,una te visita muchas veces(IMPUESTOS) y otra te visita una vez(MUERTE).Las dos no gustan mucho al personal.
ResponderEliminarTiene razón la imagen de España para los extranjeros no se ha modificado, lo mejor es que no buscaron inquisidores o pidieron ver un Auto de Fe.
ResponderEliminarProfesor David Cortés: Lleva usted toda la razón. Quienes han llevado a la Micaela por los andurriales de Grandada y de Ronda, es seguro que no habían leído a Blanco Whait, que si no...
ResponderEliminarImposible corregir entradas ajenas. Dense pues por corregidos Granada y Blanco-White
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