Historiografía revanchista
Los sectarios de eso que los comunistas con piel de oveja llamaban melosamente “reconciliación nacional” no cejan en su empeño de reabrir las heridas del pasado. Ya sabemos que dos que riñen cuentan cada uno la riña a su manera, pero que yo sepa a eso nunca se le ha llamado “reconciliación”, sino “revanchismo”, que es lo desde hace medio siglo se llama en Europa a la historiografía de los vencidos en la Segunda Guerra Mundial. La Segunda Guerra Mundial estuvo compuesta de guerras civiles, prácticamente una en cada país beligerante de Europa al menos. Decía Chateaubriand que las guerras civiles son menos injustas, menos repelentes y más naturales que las guerras extranjeras, y no ha faltado luego quien diga, en Francia por lo menos, que la guerra civil tiene sentido, porque uno conoce a los que mata. De eso saben mucho en Francia, donde, por limitarnos a la guerra susodicha, la llamada Resistencia y el general de Gaulle se llevaron por delante tanta gente o más que rojos y nacionales juntos en la guerra española y estos últimos en la trasguerra.
Esas últimas cifras, insignificantes al lado de las del Libro negro del comunismo, siguen obsesionando a nuestros historiadores “revanchistas”. A la vez que cierran los ojos a la guerra civil de facto que arde en las provincias del Norte, hacen lo posible por mantener viva la llama de una guerra civil de la que a lo mejor ni se hablaría si la hubieran ganado los que la perdieron.
Eso de escribir los "rojos" en vez de "republicanos" es un poco rancio: sugiere usted el olvido, lo cual es saludable, al tiempo que sigue utilizando un término peyorativo.
ResponderEliminarDe un escritor debería esperarse "le mot juste", aunque su mismo nombre, Aquilino Duque, pueda evocar la bandera nacional y la aristocracia. No existe el determinismo, buen hombre.