Lectura en buena compañía
Paseaban Jorge Guillén y Romero Murube por Recoletos hablando encendidamente de San Juan de la Cruz cuando hubieron de hacerse a un lado para dejar paso a una piara de cerdos camino de l0s mataderos del Sur de la ciudad. Toda la Castellana era y no sé si sigue siendo cañada real por la que transitaban los ganados desde Castilla hasta Andalucía. Suspendió don Jorge su parlamento ante la polvareda y los gruñidos de los porcinos transeúntes, y volviéndose a su interlocutor exclamó: "¡Cuán vario es el mundo!"
En las épocas del santo de marras este tipo de contrastes cotidianos entre lo celestial y lo cochiquero debían de ser muy frecuentes a la hora del paseo filosófico. Ahora, con mucha más asepsia en lo material, es lo cochiquero lo que se impone (con perdón por los cerdos, que hoy, en comparación con aquello que llamo cochiquero -antiutópica y espiritualmente cochiquero-, son artículo de lujo rayano, a veces, en lo celestial).
ResponderEliminarUNA IMAGEN MUY FRANCISCANA.
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ResponderEliminarCultura, cultivo. Siempre volvemos a la tierra, de lo contrario, nos convertimos en "catetos".
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