Con Roy Campbell en el Museo Picasso

 En El Pimpi con Cristina Caffarena, vda. de Pérez Estrada y  su hijo José Manuel Pérez-Estrada  Caffarena
Fecha: 23 de junio de 2017 a las 12:58
Asunto:

Hace mucho y poco, que mis padres visitaron Sevilla con la Asociación de Amigos De La Botánica De La Concepción.
El propósito era visitar el Palacio de las Dueñas, estaban invitados por  la Asociación botánica sevillana.

Pues allí que se plantaron todos. Nada más llegar apareció la duquesa de Alba, pidiendo disculpas; que no lo podía enseñar, que tenía que salir urgente.(sospechó mi madre con el tiempo, que ya empezaba el noviazgo con el jovenzuelo).

Fue entonces que Aquilino Duque tomó las riendas del asunto y los invitó a su casa, creo que era un chalet en Bormujos. Llamo a varios amigos de Jerez, que se presentaron cada uno con alguna bandeja de comida.
Y cambiaron la visita florida ducal, por pasar un día con un anfitrión premio nacional de literatura, columnista del ABC, poeta y traductor de autores ingleses, rusos y otros idiomas y gran profesor de literatura.

Ayer me pidió mi madre que fuera a acompañarla a los jardines del Picasso para escuchar la conferencia del maestro Aquilino.
Versaba sobre su traducción de los poemas del Sudafricano Campbell, su lectura y vida.

Mi madre le ofreció ahora, al cabo de los años, corresponderle con una comida en su casa la próxima vez que bajase a Málaga con su mujer, y esta noche con una cena en el Pimpi.

El escritor accedió. Y yo me aproveche de su conversación y de hablarle de las consecuencias de mis inquietudes culturales de estas  dos últimas semanas, en las que visité el Museo Rando con una obra basada en las impresiones que tuvo García Lorca cuando visito Nueva York, y esta semana mis dos visitas al Ateneo; una en la que asistí a un recital de Isabel Bono, magnífica poetisa. Y ayer a una conferencia sobre Miguel Hernández, la declamación de varios poemas por el  rapsoda Ricardo del Pino, el recitar de varios lectores y la audición de poemas de homenaje a Miguel​( quien pasaba mas tiempo subido a los árboles hablando con los pájaros, que en la Residencia de Estudiantes, en su estancia en Madrid)
También cantó :" menos tu vientre"una mesoprano acompañada de flauta y guitarra.

El broche mágico de la noche, fue que a la salida del Pimpi a calle Alcazabilla. Se levantó un chico de unos 30 años de una mesa y dijo: Aquilino, es Aquilino,¿ verdad ?

Le contesté que sí. 
Él se nos presentó como Luis Rosales.
Yo le pregunté: ¿ de Granada?
Me contestó: bueno sí y de Madrid y de Jerez.

Le dijo a Aquilino que hace tiempo que no lo veía en el ABC, que qué pasaba.
Aquilino le contestó que lo habían despedido, pero aún escribía en el Diario de Sevilla. Él le dijo que lo había escuchado en una conferencia que dio en Sevilla y fue la mejor conferencia de su vida.

Les comenté a los dos, que después de la conferencia en la que se había hablado tanto de los años 30 y encontrándonos a Luis Rosales ahí, enfrente de la Alcazaba iluminada. Me pareció la Alhambra.

Al despedirme de Aquilino en la puerta de su hotel le extendí​ mi mano, comentándole que a ver si se me pega algo.

Y antes le había pedido permiso para fotografiarnos con él; contándole que era por la misma regla de tres, por la que asumo categoría cuando me fotografío con mi novia.

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