Reyes e Inocentes
INOCENTES
Hace, por lo menos, veinticinco años que todos, sin excepción, gozamos, con la Constitución, de la presunción de inocencia. Ser inocente, en el día de hoy en que se celebran los Santos Inocentes, es una obligación. Por lo pronto, los periódicos, las emisoras de radio, los canales de televisión y hasta internet te tratan de sorprender con una noticia inverosímil o una situación pasmosa. Y todo, para probar tu grado de candidez. En tu casa procuran gastarte un broma. Tus amigos, con una palmada en la espalda, a lo mejor te cuelgan un lárgalo... Puede que hasta haya gente que ha nacido tal día como hoy y le haya dado una tremenda inocentada a sus padres. Se dice que haber nacido el 28 de diciembre, cumplir años este día, es signo de candor; por lo menos, de ser buena persona. Antes se usaba poner a los niños el nombre del Santo del día del nacimiento. Y algunos niños han tenido que pechar, de por vida, con nombres poco adecuados, por decirlo de algún modo. El Reglamento del Registro Civil, ya contempla la posibilidad de cambiarse el nombre, mediante un sencillo expediente. La Iglesia también te lo permite con la Confirmación. Los que celebran su santo este día se llaman Inocencio. Pero es que yo no caigo en que conozca a muchos Inocencios. Echando cuentas, yo sólo he conocido a dos en carne mortal: a don Inocencio Zalba Elizalde, Notario que fuera de esta Ciudad y a Inocencio Arias, el diplomático y candidato a la presidencia del Real Madrid. De oídas, conozco a los Papas Inocencios y, de vista, me extasío con Inocencio X, retratado por Velázquez.
La inocencia se empieza a perder cuando ya no se cree en los Reyes Magos. Y es que los Santos Inocentes, son Santos, por mor de los Reyes Magos, que le levantaron la liebre al Rey Herodes. Si los Reyes Magos no llegan a visitar a Herodes, éste ni se huele que ha nacido el Rey de Israel, Enmanuel, y por eliminarlo, manda matar a todos los niños recién nacidos que se encontraran. Todos los Santos Inocentes se perdieron por unos chivatos. O sea, en conclusión, que la inocencia siempre se pierde por un chivato. Y es que siempre hay chivatos que, en el colegio, te dicen cosas que, en tu casa, te desmienten hasta que llega un punto en que no te lo pueden desmentir más.
Hace poco, me encontré, ordenando papeles viejos, un chiste clandestino que yo había recortado de una revista estudiantil de los 60. En él están dibujados Don Juan Carlos, entonces Príncipe, y Don Juan de Borbón, con la mano derecha aseverante, que dice: --"Niño, a ver cuándo te enteras que los Reyes son los padres; que los Reyes son los padres". Y es que siempre ha habido inocentes e inocentes.
Luis Suárez Ávila
N.B. Como no dejará de advertir el lector avispado, la crónica portuense que aquí se reproduce data de los tiempos en que La Nicolasa, por otro nombre Constitución del 78, cumplía un cuarto de siglo y aún vivía en El Puerto Rafael Alberti.
Hace, por lo menos, veinticinco años que todos, sin excepción, gozamos, con la Constitución, de la presunción de inocencia. Ser inocente, en el día de hoy en que se celebran los Santos Inocentes, es una obligación. Por lo pronto, los periódicos, las emisoras de radio, los canales de televisión y hasta internet te tratan de sorprender con una noticia inverosímil o una situación pasmosa. Y todo, para probar tu grado de candidez. En tu casa procuran gastarte un broma. Tus amigos, con una palmada en la espalda, a lo mejor te cuelgan un lárgalo... Puede que hasta haya gente que ha nacido tal día como hoy y le haya dado una tremenda inocentada a sus padres. Se dice que haber nacido el 28 de diciembre, cumplir años este día, es signo de candor; por lo menos, de ser buena persona. Antes se usaba poner a los niños el nombre del Santo del día del nacimiento. Y algunos niños han tenido que pechar, de por vida, con nombres poco adecuados, por decirlo de algún modo. El Reglamento del Registro Civil, ya contempla la posibilidad de cambiarse el nombre, mediante un sencillo expediente. La Iglesia también te lo permite con la Confirmación. Los que celebran su santo este día se llaman Inocencio. Pero es que yo no caigo en que conozca a muchos Inocencios. Echando cuentas, yo sólo he conocido a dos en carne mortal: a don Inocencio Zalba Elizalde, Notario que fuera de esta Ciudad y a Inocencio Arias, el diplomático y candidato a la presidencia del Real Madrid. De oídas, conozco a los Papas Inocencios y, de vista, me extasío con Inocencio X, retratado por Velázquez.
La inocencia se empieza a perder cuando ya no se cree en los Reyes Magos. Y es que los Santos Inocentes, son Santos, por mor de los Reyes Magos, que le levantaron la liebre al Rey Herodes. Si los Reyes Magos no llegan a visitar a Herodes, éste ni se huele que ha nacido el Rey de Israel, Enmanuel, y por eliminarlo, manda matar a todos los niños recién nacidos que se encontraran. Todos los Santos Inocentes se perdieron por unos chivatos. O sea, en conclusión, que la inocencia siempre se pierde por un chivato. Y es que siempre hay chivatos que, en el colegio, te dicen cosas que, en tu casa, te desmienten hasta que llega un punto en que no te lo pueden desmentir más.
Hace poco, me encontré, ordenando papeles viejos, un chiste clandestino que yo había recortado de una revista estudiantil de los 60. En él están dibujados Don Juan Carlos, entonces Príncipe, y Don Juan de Borbón, con la mano derecha aseverante, que dice: --"Niño, a ver cuándo te enteras que los Reyes son los padres; que los Reyes son los padres". Y es que siempre ha habido inocentes e inocentes.
Luis Suárez Ávila
N.B. Como no dejará de advertir el lector avispado, la crónica portuense que aquí se reproduce data de los tiempos en que La Nicolasa, por otro nombre Constitución del 78, cumplía un cuarto de siglo y aún vivía en El Puerto Rafael Alberti.
segun dicen un 40% de catalanes no tienen previsto participar en algo que ocurrirá el 9 de marzo.¿Tendrá que ver con el titulo del articulo?
ResponderEliminar