Un premio para la Hispanidad


La mejor manera de celebrar el Día de la Hispanidad nos la ha deparado la Academia Sueca al conceder el Nobel a Mario Vargas Llosa, un español de ambos hemisferios, como se decía en las Cortes de Cádiz. A mí me pareció muy bien que ese premio se lo dieran a Cela, aun mejor que se lo dieran luego a Octavio Paz y perfecto que se lo den ahora a Vargas Llosa. A los tres los admiro y los seguiré admirando mientras viva, pero al último, como es de mi quinta más o menos, le tengo además envidia. En el prólogo a la segunda parte del Quijote, dice Cervantes en lo tocante a la envidia que "en realidad de verdad, de dos que hay, yo no conozco sino a la santa, a la noble y bien intencionada", y una envidia así entendida no es sino una forma suprema de la admiración. Muy pocas novelas contemporáneas pueden ponerse por encima de las mejores de Vargas Llosa y yo me quedo con La casa verde y con La guerra del fin del mundo, pero es que además su idea de la jerarquía de las culturas, su desdén por los micronacionalismos, su viril defensa de la tauromaquia vienen a sumarse a su empeño en devolvernos el orgullo de nuestra tradición literaria común. Me duele como español y como bautizado que alguna vez haya hablado de "la implacable Cruz" en la evangelización del Nuevo Mundo; también Paz me reprochó a mí una vez que leímos versos en los jardines del Alcázar sevillano que llamara Huichilobos a Huitzilopotzli, y no por eso dejamos de ser amigos.

Comentarios

  1. De modo un tanto oblicuo, dadas las querencias políticas del glosado, creo que este comentario mío no resulta muy a contrapelo.

    En esta bitácora me he pronunciado en varias ocasiones en contra de LIBERTAD DIGITAL/ESRADIO. Dado que en los últimos tiempos mi percepción sobre este medio ha variado, quiero dejar constancia. Aquí dejo link.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares