La X
LA X
Se ha puesto de moda ser progresista con la abominación de todo lo sagrado. Pero eso no es nuevo. La Sagrada Memoria Histórica está ahí. Si no, cómo iban a haber tantos mártires de la Fe --asesinados por los padres y abuelos de los progresistas actuales--, beatificados y canonizados por los últimos Papas. La progresía ha jugado a ser anticatólica, aunque protectora febril de otros credos, sectas y grupos. La cuestión es perseguir, arrasar y llevar la contraria; tratar de crispar; ir a contrapelo. Es lo snob. Definitivamente, la llamada progresía es snob, sin casta, que cobardea, en masa, y mansea en las tablas. Pero, como los mansos de solemnidad, pega tarascadas.
A la quema de las iglesias y conventos; al asesinato de curas, monjas y religiosos, precisamente por el Frente Popular y, particularmente, por el P.S.O.E., el P.C.E. y los anarquistas, ha sucedido la protección denodada del Patrimonio Histórico-artístico, de boquilla, más que de hecho; testimonial, más que efectiva. Pero eso sí, con la reclamación del dudoso patrimonio inmobiliario de los sindicatos y los partidos. La Iglesia Católica, con extremada prudencia y decoro, no ha reclamado la reposición de todo el patrimonio que le fue incendiado, expoliado y robado, cuando podía haberlo hecho, en igualdad de condiciones, con mejores derechos. Y, sin embargo se le niega el pan y la sal, cuando está – y siempre ha estado--, realizando labores y servicios que corresponden y competen a los poderes públicos, a la Administración. Qué, si no, las O.N.Gs. llamadas “Cáritas”, “Manos Unidas”, “Proyecto Hombre”... y los colegios, las escuelas profesionales, los centros de acogida, los asilos de ancianos, los comedores, los hospitales... Todo eso, al parecer, se soluciona con poner una X en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Los progresistas de la laicidad son unos mezquinos y unos hipócritas. Sin embargo, a ti no te cuesta más tu declaración por poner una X. Pon la X que, cualquier día, a lo mejor tenemos que echar mano de las Hermanitas de los Pobres para acabar nuestra vida, o, sabe Dios, en dónde terminaremos. Pon una X en tu vida. No lo olvides. Que, pase lo que pase, la Iglesia estará ahí, a tu servicio, sin preguntarte por tus creencias, tu afiliación política, tu pasado.
Luis Suárez Ávila
Se ha puesto de moda ser progresista con la abominación de todo lo sagrado. Pero eso no es nuevo. La Sagrada Memoria Histórica está ahí. Si no, cómo iban a haber tantos mártires de la Fe --asesinados por los padres y abuelos de los progresistas actuales--, beatificados y canonizados por los últimos Papas. La progresía ha jugado a ser anticatólica, aunque protectora febril de otros credos, sectas y grupos. La cuestión es perseguir, arrasar y llevar la contraria; tratar de crispar; ir a contrapelo. Es lo snob. Definitivamente, la llamada progresía es snob, sin casta, que cobardea, en masa, y mansea en las tablas. Pero, como los mansos de solemnidad, pega tarascadas.
A la quema de las iglesias y conventos; al asesinato de curas, monjas y religiosos, precisamente por el Frente Popular y, particularmente, por el P.S.O.E., el P.C.E. y los anarquistas, ha sucedido la protección denodada del Patrimonio Histórico-artístico, de boquilla, más que de hecho; testimonial, más que efectiva. Pero eso sí, con la reclamación del dudoso patrimonio inmobiliario de los sindicatos y los partidos. La Iglesia Católica, con extremada prudencia y decoro, no ha reclamado la reposición de todo el patrimonio que le fue incendiado, expoliado y robado, cuando podía haberlo hecho, en igualdad de condiciones, con mejores derechos. Y, sin embargo se le niega el pan y la sal, cuando está – y siempre ha estado--, realizando labores y servicios que corresponden y competen a los poderes públicos, a la Administración. Qué, si no, las O.N.Gs. llamadas “Cáritas”, “Manos Unidas”, “Proyecto Hombre”... y los colegios, las escuelas profesionales, los centros de acogida, los asilos de ancianos, los comedores, los hospitales... Todo eso, al parecer, se soluciona con poner una X en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Los progresistas de la laicidad son unos mezquinos y unos hipócritas. Sin embargo, a ti no te cuesta más tu declaración por poner una X. Pon la X que, cualquier día, a lo mejor tenemos que echar mano de las Hermanitas de los Pobres para acabar nuestra vida, o, sabe Dios, en dónde terminaremos. Pon una X en tu vida. No lo olvides. Que, pase lo que pase, la Iglesia estará ahí, a tu servicio, sin preguntarte por tus creencias, tu afiliación política, tu pasado.
Luis Suárez Ávila
Comentarios
Publicar un comentario