Contado por Chano Lobato en una sobremesa

Iba una mañana Pericón por San Juan de Dios y se encontró a Ignacio Ezpeleta que le dijo: “No te lo vas a creer, pero antesdeayer pesqué ahí en la Caleta un robalo que dio en la báscula cincuenta y siete kilos.” “Muchos kilos son, pero por qué no va a poder ser? En la Caleta no, pero al otro lao, en la Punta de San Felipe, que tú sabes que cuando baja la marea entra la pesca con mucha fuerza… Voy, echo el anzuelo y de pronto se pone tirante el sedal y yo a jalar y venga a jalar…¡uy, qué sudores! … y venga a jalar y por fin, mira tú qué doló, viene enganchao en el anzuelo un farol fenicio encendío”. “Hombre, allí un farol fenicio, y cartaginés, y griego y romano, tó lo que quieras, pero encendío…” “¡Digo, y no lo pienso apagar mientras no le rebajes veinte kilos al robalo!"

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