Una intriga divertida
Véase Gratos recuerdos del 34 en Libertad Digital
Pero no se vayan todavía, que el soneto nos ha salido con estrambote. Porque, a causa de la suspensión del Estatuto, las funciones del presidente de la Generalidad fueron asumidas por la figura del gobernador general de Cataluña, el segundo de los cuales, de abril a octubre de 1935, fue el lerrouxista Juan Pich i Pon. Pero no fue ése el motivo por el que hoy se le recuerda, sino por su portentosa facultad para el disparate palabrero. Tan portentosa que hasta dio nacimiento a una nueva categoría lingüística: la piquiponada. Algunas alcanzaron merecida inmortalidad: en una ocasión dijo que el peor tirano de la historia había sido el de Bergerac; en otra, empuñando una espada, afirmó sentirse como un radiador romano; a uno duro de oído lo calificó de más sórdido que una tapia; de otro lamentó que hubiese sorbido el cáliz hasta las hélices; al caviar lo definió como huevos de centurión; describió el 14 de abril como una jornada revolucionaria sin infusión de sangre; y de un amigo aficionado a coleccionar sellos dijo que era sifilítico.
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