Naufragio nacional

 

Rajoy hunde al PP

RAFAEL / SÁNCHEZ SAUS | ACTUALIZADO 28.05.2015 - 01:00
LA sentencia, parafraseando al mejor Churchill, es del filósofo Francisco J. Soler en Infocatólica: "Tenían que escoger entre la indignidad y una batalla cultural con posibilidad de derrota. Escogieron la indignidad, y con ellos queda. Y ahora van a tener también la derrota". Naturalmente, se refiere al PP. Hace tres años largos, la sociedad española dio un mandato claro a Mariano Rajoy para superar la ruina zapaterista. Una ruina que no era sólo económica, que lo era también política por la erosión de las bases de la convivencia democrática a través de la imposición tiránica de brutales medidas de ingeniería social y de cainitas revisiones históricas, por la prostitución de las instituciones, comenzando por la Justicia, el cambalache con el terrorismo, la insostenibilidad creciente del modelo territorial y la corrupción partidista anidada en el imparable crecimiento del gasto público y de los impuestos.

En 2011, como en 1996, tras largas hegemonías del PSOE, la sociedad española dio al PP mayorías suficientes cuando este partido se enfrentó claramente a lo que significaba el fracasado proyecto socialista. Cuando presentó un programa de regeneración democrática y empeño nacional, de firmeza antiterrorista, de libertad económica y de reconstrucción social. Por dos veces en pocos años la derecha democrática ha demostrado que es capaz de echarse a las espaldas una nación en crisis. ¿Y qué ha hecho Mariano Rajoy con el inmenso caudal que los españoles pusieron en sus manos? Traicionar los impulsos y valores que le llevaron al poder, desechar toda idea regeneradora, aislarse de la ciudadanía, pastorear la corrupción y despreciar a su electorado en una huida cobarde y apática hacia lo que imaginaba la línea de menor resistencia. El domingo pasado cientos y cientos de miles de votantes del PP -vean si no los resultados en los distritos más fieles- decidieron quedarse en sus casas, algo que empieza a ser ya una costumbre de la derecha social. Miles de alcaldes y concejales han pagado el clamoroso ¡fuera Rajoy! de los votantes. El PP más conformista y cobarde camina hacia la catástrofe mientras la derecha que lo hizo fuerte descubre que su derrota ya no le duele. España, el zócalo firmísimo que ha hecho posible cada resurrección, está a la espera. Pero aún, en esta noche densa, no sabe por donde verá amanecer.
RAFAEL SÁNCHEZ SAUS en el DIARIO DE SEVILLA

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