El fuego de las Luces
Francisco: Ilustración vs. Pueblo
Alberto
Buela (*)
Argentina tiene desde hace unos meses un Papa y no todos
los países se pueden dar el lujo de tener uno. Y cada vez que un país lo tiene,
su nombramiento incide directamente en la política de ese país. Así sucedió con
el Papa polaco sobre Polonia y la elección del presidente Lech Walesa del
movimiento obrero Solidarnösc o con el último Papa alemán sobre Alemania y su
política exterior respecto de la Turquía musulmana. Pasó lo mismo con el Papa
español y su bula Inter caetera sobre
América en favor de España.
Sin embargo, la designación de Francisco, logró en
Argentina todo lo contrario: la Presidente le dio consejos de cómo gobernar,
además de viajar a Roma para darle lecciones de cómo tomar mate y los jóvenes
alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires quemaron bancos de la Iglesia que
dio origen al colegio y la pintaron con leyendas anarquistas como: la única iglesia que ilumina es la que arde.
En el mismo diario La
Nación y en el mismo día sale un suplemento con fotos que dice: Buenos Aires es, después de Nueva York, la
segunda ciudad judía de las Américas, desde Barracas a Villa Crespo hay docenas
de sinagogas en la ciudad. Y el Colegio Nacional de Buenos Aires, es de
todos los colegios secundarios públicos de Argentina con mayor cantidad de
alumnos de ese origen. El rector de la Universidad de Buenos Aires, de la que
depende el Colegio Nacional es Rubén Hallú, también hebreo, que sucedió a otro
coreligionario, Jaím Echeverri, quien a su vez sucedió a otro “paisano” Oscar
Scuberoff y así ad infinitum. La
culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer, dice el viejo dicho
criollo.
Por supuesto que se van a rajar las vestiduras y dirán
que no tienen nada que ver, pero el hecho cierto es que el daño está hecho y
los responsables libres y gozando de su travesura. Tampoco los curas van a
hacer escándalo: tienen una costumbre de dos mil años, de tragar amargo y
escupir dulce.
Pero vayamos al meollo del asunto.
Es sabido que el Papa Francisco es más un pastor que un
teólogo de modo que su teología está dirigida a las ovejas y así reclama que los
pastores tenga olor a oveja y no a sacristía o escritorio. Va dirigida al
corazón de aquellos heridos de la vida:
divorciados, la madre que abortó y ahora tiene cuatro hijos, el cura que colgó
y quiere volver, el homosexual católico que desea practicar su fe, etc.
Él formó parte de los sacerdotes que, bajo la dirección
del insigne Lucio Gera, crearon la teología popular de la liberación.
Esto es, aquella que intentó la recuperación de la religiosidad popular y que
enfrentó a la teología marxista de la liberación. De modo tal que la
disyuntiva para Francisco se da entre pueblo o Ilustración. Y estos chicos del
Colegio nacional, alentados seguramente por sus padres y familias, encarnaron
con sus leyendas la defensa del iluminismo cuando salen en defensa de la iglesia que ilumina. Un iluminismo,
que como un nuevo totalitarismo democrático, pretende que la luz destruya a
aquello que la hace ser.
Estas consecuencias paradojales de Francisco Papa, nos
hacen ver que los enemigos de la Iglesia, como el diablo, no descansan. El
diario La Nación, vocero histórico de
los intereses de la masonería argentina, destacó en primera página el hecho y
sobre todo la consigna: la única iglesia
que ilumina es la que arde. Cosa que no hizo cuando hace unos días nomás se
congregaron 100.000 personas en la Virgen de San Nicolás o 700.000 cuando la
beatificación del cura Brochero en Córdoba o el millón que asistió a la fiesta
de la patrona de Salta.
Es interesante notar cómo las grandes movilizaciones de
masas católicas no son tenidas en cuenta, pero sí una consigna que viene de los
anarquistas del siglo XIX en contra de la Iglesia. Claro está, la Iglesia no
tiene quien la defienda, a lo más algún tonto como nosotros que ni siquiera
tiene abogado.
Qué nos está permitido esperar? Que el pueblo argentino
se ponga a la altura de las circunstancias-tiene un Papa en Roma-. Que la
dirigencia argentina se ponga a la altura de las circunstancias, pues también
tiene un Papa en Roma. Que la dirigencia de “la colectividad”, que acaba de
perder a Julio Werthein con más de treinta estancias en los avisos fúnebres, se
apiade de nosotros y no pretenda circuncidarnos a todos, como le solicitó François Mitterrand al gran
rabino de París.[1]Ellos
tienen que saber que también tienen un Papa en Roma.
Si Argentina contara con estos tres apoyos podríamos
ponernos a la altura de las circunstancias históricas que estamos viviendo y
encontrar el sentido metapolítico de nuestro país: nosotros no somos un “lugar de paso” como creen los que llevan su
dinero al exterior, los que buscan la doble nacionalidad o los que dicen ser
leales a dos banderas. Nosotros somos la “cabeza de puente” americana con
Europa, en donde por destinación universal, ahora tenemos un allá un “pontífice,
un hacedor de puentes”. Somos el único país de la tierra que posee esta
cualidad exclusiva. Estamos obligados a aprovecharla o, una vez más, perdemos
el sentido de la historia como lo perdió la generación posterior a la del
Centenario. De lo contrario seguiremos siendo siempre “un gran país, pero del
futuro”.
(*) www.disenso.info
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