Un duque en Buenos Aires
A Juan Gelman
Ser lo que se parece no es tan fácil,
pero hay ducados que ennoblecen.
Son los que en Buenos Aires dan las barras del barrio,
no los que acá en Europa dan los reyes burgueses.
Fervor de Buenos Aires, corte de los milagros,
inmenso bellasombra cuajado de zorzales,
cielos rasos de espejos de las confiterías...
¡Tópicas melodías de falsos arrabales!
Todo eso está en los libros de las ventanas ciegas.
¿Qué sé yo de la plata de esa voz: "Argentina"?
El criollo francés de Julio Micromegas
y Homero al telefón recitando a Bartrina.
¿Verán la Cruz del Sur estos ojos un día?
Ya las nieves del tiempo platearon mi sien.
Buenos Aires querido, guardame la corona
para que los muchachos del barrio me la den.
Ser lo que se parece no es tan fácil,
pero hay ducados que ennoblecen.
Son los que en Buenos Aires dan las barras del barrio,
no los que acá en Europa dan los reyes burgueses.
Fervor de Buenos Aires, corte de los milagros,
inmenso bellasombra cuajado de zorzales,
cielos rasos de espejos de las confiterías...
¡Tópicas melodías de falsos arrabales!
Todo eso está en los libros de las ventanas ciegas.
¿Qué sé yo de la plata de esa voz: "Argentina"?
El criollo francés de Julio Micromegas
y Homero al telefón recitando a Bartrina.
¿Verán la Cruz del Sur estos ojos un día?
Ya las nieves del tiempo platearon mi sien.
Buenos Aires querido, guardame la corona
para que los muchachos del barrio me la den.
(De Las nieves del tiempo)
Y ahora que tus ojos han visto la Cruz del Sur y te han coronado Duque las barras del barrio, a ver si sale otro poema tan extraordinario como éste y nos lo cuentas.
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