Cuestiones académicas y espesor municipal

Escribe ANTONIO BURGOS:

NO hay tratamiento protocolario más pelotillero que el que corresponde a los rectores de Universidad: son «excelentísimos» y «magníficos». Parece que tales tratamientos los hubieran concedido palmeros por sevillanas o agradaores flamencos de Jerez. Hasta el punto de que una señora que le escribió a uno de ellos para pedirle no sé qué para su niño estudiante, encabezó su carta poniendo:«Estupendo señor rector...»¿Será por poner títulos de peloteo? Cuando la verdad es que tan magníficos como su nombre indica no son a veces muchos rectores. No era nada magnífico, por ejemplo, el rector Hernández Díaz, que ha pasado a la Historia de Sevilla como el alcalde que autorizó que derribaran la Plaza del Duque. Don José Hernández Díaz, trianero, sí era magnífico como catedrático de Historia del Arte. El poquito Arte que yo sé lo aprendí con él y con sus adjuntos, los dos Antonios, don Antonio Sancho Corbacho y don Antonio de la Banda y Vargas. Hernández Díaz era la máxima autoridad mundial en escultura barroca andaluza y especialmente en Martínez Montañés. Fue el autor del catálogo de las barbaridades contra el patrimonio religioso que cometieron los rojos en Sevilla, las que ahora presentan los capillitas cobardones poco menos que como fuegos producidos por un cortocircuito. Como Bandarán, Romero Murube o Alfonso Grosso, Hernández Díaz fuepersonaje muy influyente en la vida académica, cultural y civil de Sevilla. Tanto, que lo nombraron alcalde. Y ahí pegó el petardo del siglo.Con todo su golpe de historiador del Arte, con su bibliografía del libro «Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en la provincia de Sevilla», Hernández Díaz firmó la sentencia de muerte (o sea, la orden de derribo) del Palacio de los Guzmanes y de la Casa Sánchez-Dalp en la Plaza del Duque, a mayor honra y gloria del Cortinglés. Es decir, que se puso en condiciones de que alguien pudiera iniciar con su hazaña el catálogo de «Edificios y obras de arte destruidos por los capitalistas en la provincia de Sevilla».Aquellas autorizaciones de derribo fueron el chupinazo para la destrucción de Sevilla que habría de parar en la democracia el alcalde Luis Uruñuela, mérito que no se le ha reconocido en esta ciudad sin memoria y sin vergüenza. Si todo un prestigioso catedrático de Historia del Arte y rector de la Universidad autorizaba como alcalde los derribos de la Plaza del Duque, ¿a qué pararse en barras? Ancha es Castilla y larga la piqueta de Pavón el derribista. Así cayó media Sevilla, tras el mal ejemplo de Hernández Díaz.Yo me creía que la historia del rector derribista era como la letra del bolero «Tres cruces», que como en Sevilla tuvo que ser, ya todo aquello pasó, todo quedó en el olvido. ¡Pero qué va! Tenemos recién elegido un rector que es la reencarnación de Hernández Díaz: el excelentísimo y magnífico profesor doctor don Joaquín Luque Rodríguez, catedrático de Tecnología Electrónica y rector de la Universidad Hispalense. Quien se ha sentado en un sillón que debe de contagiar las ganas de derribar. Se sientan los catedráticos elegidos en el sillón de rector, y les entra un impulso irresistible de firmar papeles de derribo, talas y demoliciones. Hernández Díaz firmó el derribo de la Plaza del Duque, enterita. Joaquín Luque, nuevo Hernández Díaz, la tala de los Jardines del Prado y la destrucción de todo lo que hubiera por allí. Hernández Díaz decía: «¡Palacios fuera, viva el Cortinglés!». Joaquín Luque dice: «¡Jardines fuera,viva la Biblioteca del Mangazo de subvención a la Unión Europea, y al Prado y a Sevilla que les den por saco!».Si con aquel rector se levantó la veda para el derribo de medio libro de «Arquitectura civil sevillana», me temo que con este rector se levante la veda para la tala indiscriminada de todo jardín que convenga quitar de enmedio, en esta ciudad de suyo arboricida. El argumento será el mismo que con Hernández Díaz: «Si todo un señor rector, una eminencia, se ha cargado el Jardín del Prado, ¿por qué nosotros no vamos a talar medio Parque de los Príncipes para levantar un restaurante y darle la concesión, un poner, al Tabernero del Régimen?».Jardines y monumentos de Sevilla: ¡peligro, rector derribista a la vista!

Comentarios

  1. El que quiera ser el primero que sea el ultimo.No he venido a ser servido sino a servir dijo el Altisimo y Su Divina Majestad hace dos mil años aproximadamente.Como dice un amigo ni puñetero caso a estas ideas,así nos va.

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  2. Segun la prensa apoyan estas movilizaciones acerca del prado de san senbastian estos partidos :pp,upyd,pa,psa,bna,gdci y md

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