Biblioteca y dendrofobia
Date: Sun, 24 Aug 2008 Buscando en la RED he encontrado esta carta tan bien argumentada. Hasta mañana en la reunión de la Plataforma. Con afecto, Jacinto
LA BIBLIOTECA DEL PRADO DE SAN SEBASTIÁN Los señoritos por fin han decretado la destrucción de los jardines del Prado de San Sebastián. Y los súbditos ¿qué le vamos a hacer? Si al final quienes no trabajamos para la Administración, es decir, para el Partido, de manera más o menos directa, tenemos a algún familiar que sí depende de ellos, ¿cómo vamos a jugarnos los garbanzos?> > Precisamente con ese objetivo los señoritos han construido a lo largo de los años esta red que se infiltra por todas partes y gracias a la cual hasta para realizar las actividades más inverosímiles termina uno dependiendo de ellos. No se puede protestar mucho; tarde o temprano habrá represalias contra los insurgentes. Y menos por unos árboles, por favor. Hay asuntos más graves por los que tirarse a la calle, como el descenso a segunda división de un equipo local. ¿Y los jóvenes? ¿No les interesaba la defensa del medio ambiente? Bueno, muchos tienen otras prioridades, como el consumismo irresponsable basado en la brutal expoliación de ancianitos, que son los que terminan pagando hipotecas, coches nuevos, viajes al extranjero y el botellón. Y mientras una buena parte de los chavales, y otra buena parte de los que ya peinan canas, están muy ocupados en procurarse su dosis diaria de droga, un número creciente de súbditos no tienen bastante> con hacer frente a la vida diaria, cada vez más difícil, sino que encima tienen la desdicha de aguantar a uno o varios toxicómanos en sus familias. Y si el resto de la gente, cada vez más pobre, ya está entretenida en vigilar que nada le pase cuando sale a la calle, ¿quién se va a oponer a las decisiones arbitrarias de los señoritos? ¿Quién va a vigilar lo que hacen con el dinero proveniente de la exacción fiscal? A quienes han sido niños de papá, el hecho de que los árboles supongan un freno al calentamiento de la Tierra y absorban gases perjudiciales para la salud, se la trae al fresco. Les da exactamente igual. Tienen la misma sensibilidad que quienes ponen en marcha las guerras por el petróleo, quienes trafican con seres humanos o quienes justifican los genocidios: ninguna. Porque los señoritos de la casta política no saben lo que es vivir con el agua al cuello, ni lo sabrán nunca. Lo del cambio climático les produce una risa inconfesable, conscientes de que a ellos no les va a afectar. Las catástrofes siempre golpean a los más pobres, y casi nunca a los que se suben a sí mismos sus multimillonarios sueldos y pensiones, obtenidos a costa del trabajo de sus súbditos. La mordida de la biblioteca tiene que ser impresionante. Porque si no, no se explica esa saña en destruir lo que se construyó en buena parte gracias a los impuestos de los obreros de otros países de Europa. Pues nada, ahora en agosto, que los pocos que protestan se han ido de Sevilla, las motosierras tienen luz verde. Malas bestias encorbatadas, una vez más os vais a salir con la vuestra y vais a devastar el patrimonio que se supone que deberíais proteger. Pero que os quede claro que todavía quedan ciudadanos que se niegan a convertirse en vuestros lacayos. Herminia
LA BIBLIOTECA DEL PRADO DE SAN SEBASTIÁN Los señoritos por fin han decretado la destrucción de los jardines del Prado de San Sebastián. Y los súbditos ¿qué le vamos a hacer? Si al final quienes no trabajamos para la Administración, es decir, para el Partido, de manera más o menos directa, tenemos a algún familiar que sí depende de ellos, ¿cómo vamos a jugarnos los garbanzos?> > Precisamente con ese objetivo los señoritos han construido a lo largo de los años esta red que se infiltra por todas partes y gracias a la cual hasta para realizar las actividades más inverosímiles termina uno dependiendo de ellos. No se puede protestar mucho; tarde o temprano habrá represalias contra los insurgentes. Y menos por unos árboles, por favor. Hay asuntos más graves por los que tirarse a la calle, como el descenso a segunda división de un equipo local. ¿Y los jóvenes? ¿No les interesaba la defensa del medio ambiente? Bueno, muchos tienen otras prioridades, como el consumismo irresponsable basado en la brutal expoliación de ancianitos, que son los que terminan pagando hipotecas, coches nuevos, viajes al extranjero y el botellón. Y mientras una buena parte de los chavales, y otra buena parte de los que ya peinan canas, están muy ocupados en procurarse su dosis diaria de droga, un número creciente de súbditos no tienen bastante> con hacer frente a la vida diaria, cada vez más difícil, sino que encima tienen la desdicha de aguantar a uno o varios toxicómanos en sus familias. Y si el resto de la gente, cada vez más pobre, ya está entretenida en vigilar que nada le pase cuando sale a la calle, ¿quién se va a oponer a las decisiones arbitrarias de los señoritos? ¿Quién va a vigilar lo que hacen con el dinero proveniente de la exacción fiscal? A quienes han sido niños de papá, el hecho de que los árboles supongan un freno al calentamiento de la Tierra y absorban gases perjudiciales para la salud, se la trae al fresco. Les da exactamente igual. Tienen la misma sensibilidad que quienes ponen en marcha las guerras por el petróleo, quienes trafican con seres humanos o quienes justifican los genocidios: ninguna. Porque los señoritos de la casta política no saben lo que es vivir con el agua al cuello, ni lo sabrán nunca. Lo del cambio climático les produce una risa inconfesable, conscientes de que a ellos no les va a afectar. Las catástrofes siempre golpean a los más pobres, y casi nunca a los que se suben a sí mismos sus multimillonarios sueldos y pensiones, obtenidos a costa del trabajo de sus súbditos. La mordida de la biblioteca tiene que ser impresionante. Porque si no, no se explica esa saña en destruir lo que se construyó en buena parte gracias a los impuestos de los obreros de otros países de Europa. Pues nada, ahora en agosto, que los pocos que protestan se han ido de Sevilla, las motosierras tienen luz verde. Malas bestias encorbatadas, una vez más os vais a salir con la vuestra y vais a devastar el patrimonio que se supone que deberíais proteger. Pero que os quede claro que todavía quedan ciudadanos que se niegan a convertirse en vuestros lacayos. Herminia
Como me dijo un rumano,los ricos viven muy bien en cualquier regimen.Los que viven regular o mal son la clases medias o trabajadoras dependiendo de la gestión que lleven a cabo sus dirigentes políticos y económicos.
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