Resaca electoral

Resaca electoral
Decía Julián Marías – aliquando dormitat Homerus - que, en la guerra civil, los perdedores merecieron perder pero los ganadores no merecieron ganar. Algo de eso y con más propiedad habría que decir en los últimos comicios de esta España invertida del primer cuarto del siglo XXI. El que más y el que menos votó al Partido Popular como el que se agarra a un clavo ardiendo, para amortiguar o frenar el proceso de degradación moral, social y político de la nación. La “ciudadanía”, a la que la nación le importa un bledo y de cuya historia no tiene ni batasuna idea, ha optado con su fino instinto por el continuismo socialista. Cuando empezó la lucha política recién sancionada la Constitución, a mí me pareció, al ver a la UCD a la defensiva ante el PSOE, que era éste el partido llamado a usufructuar el nuevo régimen, y cuando llegó por fin al poder y demostró con hechos en qué consistía su centenaria honradez, acuñé un lema que, de haberse aceptado y utilizado, habría evitado que la derecha vergonzante lo suplantara durante un par de legislaturas. Ese lema era Vota al PSOE manque trinque.
“Trincar” es lo más venial que el PSOE ha hecho en estos últimos cuatro años, a pesar de lo cual la “ciudadanía” le reiteraría su confianza, indudablemente conmovida por la oportuna intervención del terrorismo antiespañolista. Habló Blas, punto redondo. El Blas del dicho es lo que llaman “el pueblo”, y el pueblo es, como decía Mussolini, “aquella parte de la nación que no sabe lo que quiere” y, añado yo, acaba queriendo lo mismo que quiere “el que sabe más porque manda más y siempre tiene la razón”, como dijo también el mismo personaje, que antes que fascista había sido socialista y conocía el paño.
El socialismo, al alzarse con los votos de la extrema izquierda, deja a la intemperie a los partidos que la representaban, superfluos hoy y redundantes, ya que un gran partido como el PSOE puede perseguir sus mismos fines con mayor eficacia, máxime no teniendo como no tiene complejos centristas. Pas d’ennemi à gauche, es una vieja consigna que el PSOE hace realidad.
Para la derecha vergonzante en cambio no hay peores enemigos que los situados a su derecha, englobados todos en una “extrema derecha” que no es más que una galaxia de asteroides insignificantes. La derecha vergonzante aspira a ocupar el centro del espectro político, de un espectro que tiene izquierda y extrema izquierda, refundidas ahora, pero que vade retro! no tiene derecha a su derecha. Esa falta de apoyo del “centro” acaso explique la escasa eficacia de una Oposición que a veces da la impresión de que sólo aspira a congraciarse con sus enemigos para no verse a su vez en las tinieblas exteriores de la democracia parlamentaria. Y es que para la democracia parlamentaria, o la “corrección política”, son anatema los valores y los principios que podrían vertebrar a la derecha y darle el vigor de que carece. Para ello la derecha tendría que asumir toda su historia, que ha tenido momentos de gloria, del mismo modo que la izquierda asume y reivindica la suya aun en sus aspectos más siniestros.
No hay que ser zahorí para prever el anunciado descuartizamiento de la nación desde el poder, con el socialismo en contubernio con los separatistas, que juntos tendrán la mayoría absoluta para ordenar al Tribunal Constitucional que dé por bueno el estatuto catalán y mire para otro lado cuando Ibarreche convoque su referéndum “ilegal”.
La salvación de la patria no está pues garantizada por la composición del Parlamento, donde es más probable que el PSOE se entienda con CiU y el PNV antes que con el PP.
No sé si Rosa Díez será el aguijón que despabile al PP, pero, en su defecto, existe ya en la calle una oposición que, ya en la anterior legislatura, defendió con más gallardía que el PP los valores y los principios por los que éste debería batirse, un movimiento cívico integrado por la Conferencia Episcopal, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, los insumisos contra la manipulación ideológica de la infancia, rayana en la corrupción de menores, y los adversarios de la cultura de la muerte: aborto, eutanasia y mariconio. Y como estamos en vísperas de Semana Santa, pongo fin a estas reflexiones con una saeta que la Niña de la Alfalfa le cantó a la Virgen de la Estrella cuando hizo estación desafiando al laicismo agresivo de la recién proclamada Segunda República:
Que España ya no es cristiana.
Han dicho en el banco azul
que España ya no es cristiana.
Aunque sea republicana
aquí quien manda eres tú,
Estrella de la mañana.

Comentarios

  1. LO QUE HACE FALTA ES QUE LOS GANADORES MEJOREN EL NIVEL DE VIDA DE LAS CLASES TRABAJADORAS Y HAGAN FRENTE A LA CRISIS ECONÓMICA.EN ESTAS ELECCIONES INFLUYO MUCHO LOS TRISTES ACONTECIMIENTOS DEL VIERNES EN MONDRAGON.Escuche el otro dia a una persona que se leyo los programas electorales de pp y psoe y eran muy parecidos.Hay quien piensa es solo el color de las banderas de cada uno.

    ResponderEliminar
  2. LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA FELICITA AL PRESIDENTE RODRIGUEZ ZAPATERO.qUE BONITO ES EL TALANTE Y LA DIPLOMACIA

    ResponderEliminar
  3. Qué estupendo y clarísimo análisis. Emocionante final.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares