Tal día como hoy
La sombra
Contra el arco de un puente en
Hiroshima
muestran que un hombre se dejó
su sombra.
Quien proyectó esa sombra ya no
está;
luego cayó, sabéis, la
superbomba.
Y estalló. Y un calor de ondas
solares
raudo lo evaporó sin darle
tregua
para adioses a un mundo
olvidadizo,
y de él quedó lo que estampó en
la piedra.
Aquel desconocido nadie sabe
quién fue,
pues en la misma hora de su
muerte
murió de golpe la ciudad entera.
Para que no muramos como él,
nos avisa su sombra mudamente:
Somos la carne. El es la herida
abierta.
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