España inmemorial,
Véase artículo de Rafael Sánchez Saus en el Diario de Cádiz
LO siento por algunos, pero me temo que España, otra vez, empieza a estar de moda. Y no me refiero a la Españita del invento autonómico, autopista de duro peaje hacia el no ser, ni a la España alicorta que sólo nos permite suponernos nación dueña de su destino desde las Cortes gaditanas de 1812, sino de aquella otra realidad enraizada en los siglos, capaz de sobrevivir a invasiones, dinastías y constituciones, forjadora de una civilización fértil y originalísima. La España que como medievalista me tropiezo en cada clase por encima del baile de reinos y principados, de proyectos y coyunturas fugaces, de ideas, instituciones y estructuras. No es la ahistórica España eterna pero casi, la nación con más vieja conciencia de serlo de Europa, la que por ello mismo nunca tuvo necesidad de hacer ostentación de su singularidad, ni mucho menos de idolatrarse a sí misma.
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