Doble pérdida
Dos conocidos míos, uno en Sevilla y otro en Nueva York, acaban de pasar por un amargo trance y, pensando en ellos, evoco estos versos de Luis Rosales, a quien siempre tengo tan presente:
Y yo quiero deciros que el dolor es un don
porque nadie regresa del dolor
y permanece siendo el mismo hombre.
Y yo quiero deciros que el dolor es un don
porque nadie regresa del dolor
y permanece siendo el mismo hombre.
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