Iba Conchita Gaviño con una de sus hijas por el Arenal de Bilbao y llevaba prendido un lacito con la bandera española. Se le acerca uno y le dice: „Esa banderita te la podías meter en tal sitio“. Replicó ella: „No me cabe. Ya tengo dentro la ikurriña“.
Publicado por
Aquilino Duque
Misericordia
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Lo malo es un piropo: que Conchita Gaviño es única.
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